Yo no soy mucho de agüeros, pero si hay una tradición que he seguido por varios años los 31 de diciembre, y es salir con una maleta a la calle y en la maleta poner la lista de lo que “quiero” que suceda el año siguiente. Es como una lista de deseos, pero ya uno de grande sabe a qué le apunta y qué es irreal, entonces conociendo cómo estará el bolsillo el año entrante, pongo los viajes que creo que haremos, perder peso siempre será de los primeros ítems de la lista (cada año va con libras retroactivas), y por allá de ultimo están salud y prosperidad.

El 31 pasado, no había viaje a la vista y no pintaba nada emocionante o fuera de lo común para el 2019, entonces desanimada para hacer mi lista, solo escribí unas cuantas líneas y por no dejar puse tener salud y una que otra bobería más.

Y pues que revolcones me has dado 2019.

Para empezar, quiero decirles que el día que escribí este post, fue en la víspera de cumplir 42 años. Esos años aburridores que no se celebran en grande porque no son ni los 40 ni los 45, pero no me podía quedar sin hacer el recuento de cosas que han sucedido en este 2019 y que me ha dado tantas lecciones de vida, me ha sacado tantas lagrimas y me ha enseñado a trabajar la fe y la paciencia.

A mis 37 escribí otro post en el que decía “Antes el cáncer era una enfermedad de viejitos, oía de casos, pero era la tía del vecino del amigo…”

Este año, el cáncer llego por partida doble a mi familia. Así de la nada llegaron estos diagnósticos y yo como espectadora, puedo decirles que no importa la edad: el miedo, la incertidumbre, la fe, la duda y el dolor salen a relucir. Digo como espectadora porque no he sido yo la paciente, yo miro desde la banca, y desde esta banca lejana que a veces hace que sea tan duro…

El cáncer como cualquier enfermedad fuerte nos sacude, nos cuestiona, nos afecta el bolsillo, la cotidianidad, la dinámica familiar cambia, se acercan los alejados…

A tu mamá se le quemó la casa.

¿A cuál mamá? ¿A la mía? ¿Es esto un post de Facebook donde alguien de un barrio cercano está recogiendo dinero para ayudar a una familia que se le quemó la casa por un rayo?

Pues no, fue a la mamá mía de mis entrañas en la casa donde vivía en las afueras de Medellín y el mensaje no era un post de un desconocido sino en uno de mis tantos grupos de WhatsApp.

Sin entrar mucho en detalle, a mi mamá y su esposo se les incendió la casa donde habían vivido como por 20 años, y así como chiste malo, quedaron con la ropa que tenían puesta LITERALMENTE. De esta situación les puedo decir que la solidaridad y la generosidad de gente que ni conoces te demuestra lo maravillosas que pueden ser las personas cuando de ayudar se trata. Hoy, 6 meses después, puedo felizmente decir que mi mamá, su esposo y sus adoradas mascotas tienen una casa nueva donde vivir, construída con mucho esfuerzo y llena de cosas que amigos y familiares les regalaron para poder volver a empezar.

Qué situación tan traumática, tan inesperada, pero, sobre todo, te hace obligatoriamente detenerte y hacer inventario de tu vida. No solo el inventario físico donde uno se empieza a acordar de lo que se le quemó , sino de esas cosas que definitivamente HAY QUE DEJAR IR.

El suicidio entre los adolescentes está en subida.

Una noche de hace unos meses recibí ese texto de mi amiga, mamá del mismo colegio de mi hijo, que había tenido miedo de recibir. Un compañero de clase de nuestros hijos se había quitado la vida.

Así también sin mucho detalle, les digo que mi corazón de mamá todavía no se repone. Personalmente no lo conocía a él ni a su familia, pero fui yo quien en la ida al colegio al otro día le di la noticia a mi hijo de 12 años.

De acuerdo un artículo del Washington Post:

“Durante muchos años, el suicidio entre los jóvenes fue relativamente raro y su frecuencia relativamente estable. Pero de 2007 a 2017, el número de suicidios entre personas de 10 a 24 años aumentó repentinamente un 56 por ciento, de 6.8 muertes por cada 100,000 personas a 10.6, según el nuevo informe.”

Dos cosas tengo que decir de este tema: Es NUESTRA OBLIGACIÓN como adultos formar niños mas respetuosos y tolerantes, como lo es también estar pendientes y vigilantes de su salud mental.

Ahora con memes y burlas se critica a esta generación de no resistir nada porque una de sus salidas es acudir al suicidio. El problema no es la generación, el problema es el mundo en el que les esta tocando crecer y nosotros como papás y adultos tenemos que estar ahí para ellos.

Para concluir, les digo que este 31 de diciembre vuelvo a sacar la maleta y el primer ítem de la lista será TENER SALUD. Ahí si le dejo la tarea a Dios o al destino, o como lo quieran llamar, pero definitivamente con salud o con resiliencia en su defecto, uno puede torear tratamientos, reconstruir casas y estar pendientes de los más vulnerables.

Este año no ha sido solo de malas noticias, me han pasado cosas tan maravillosas como la llegada la familia de mi sobrina Juanita y un montón de cosas mas que no terminaría de enumerar. Como dicen en inglés #CountYourBlessings (cuenta tus bendiciones)

Dedico este post a mi tía y prima a quienes adoro. #CancerSucks

En memoria de Luke y todos aquellos que perdieron la vida este 2019.

Gracias a todos por leer!

-Paula.

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