Leer el obituario en el periódico era la tarea diaria de Doña Chila la abuelita de mi esposo. Dicen que al entierro de su marido fue tanta gente de toda la ciudad, que ella se sentía en deuda con cuanto difunto y sus familias había.
Cuando yo nací, mi papás recibieron telegramas y tarjetas de felicitación, por aquello que vivíamos en la costa y el resto de la familia vivía en el interior.
La correspondencia de amor en el colegio era muy distinta a lo que es ahora. Por ejemplo, mi hermano que ya estaba en bachillerato le mandaba cartas conmigo a una una niña grande que le gustaba, pero antes de yo entregarla, pasaba por medio salón de cuarto de primaria, la leíamos y ya después hacíamos que llegara a su destino.
Enterarse de los divorcios, las quiebras económicas, los embarazos inesperados era labor de las tías chismosas en reuniones sociales o por llamadas telefónicas.
Ahora existe Facebook.
Lo que comenzó como un sitio web para conectar amigos y compartir de una forma innovadora nuestra vida social, se ha convertido en una de las plataformas mas poderosas del planeta. Ésta dejó de ser una red de amigos y sus fotos familiares para transformarse en una de las principales fuentes de información del momento. Ahora en una sesión de Facebook podemos ver las fotos del nuevo bebé de la familia, la guerra desgarradora en Aleppo, la muerte de la conocida “Princesa Leia” y otros tantos aconteceres de nuestro grupo social cercano.
Áreas como la publicidad, la información, la venta de productos y servicios, etc, han tenido que repensarse y adaptarse a esta nueva forma de comunicación. Para mi que trabajo con un medio de información, veo que el reto es constante ¿cómo lograr traer més lectores o capturar más audiencia? y la respuesta es: a través de Facebook.
La influencia que tiene Facebook en el colectivo es tambien abrumadora. Todos los días se firman peticiones que dan la vuelta al mundo y en muchas ocaciones logran su objetivo. Se forman grupos secretos donde la unica forma de entrar es por invitación y casi como los masones se ayudan entre si y mueven sus influencias para intereses particulares.
Para unos, Facebook es el falso reflejo de vidas felices y perfectas, donde no hay muerto malo ni esposo infiel, donde no hay cuerpos feos y todos son profesionales en nutrición. Para mí, es simplemente una pizarra colectiva llena de emociones, no siempre positivas, donde miles de personas se conectan diarimente con el mundo exterior. Claro está que hay que saber leer entre líneas y decantar un poco tanta información que en la mayoría de los casos resulta siendo des-información.
¿Que opinan ustedes, todo tiempo pasado fue mejor, peor o simplemnete diferente?
Gracias por leer!
Paula.
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