Por: Paula Gallego.

En estos días mientras cocinaba por la noche, mi esposo estaba viendo uno de sus comediantes favoritos, John Oliver,  un inglés que además mira con lupa y critica la política mundial. El programa era sobre las campañas presidenciales de los Estados Unidos.

Aunque me da bastante pena lo que les voy a confesar, soy una analfabeta en el tema político. Creo que tengo muy poco conocimiento de causa para opinar y la verdad es que mis intereses van por otros caminos.

Entre lavada de platos y preparada de lonchera para el día siguiente, escuché que mister Oliver empezó a hablar de Michelle Obama y su discurso durante la nominación oficial de Hillary Clinton como candidata demócrata.

Como  buen orador que se respete, la primera dama se fajó un discurso en el que exaltaba este patriotismo desbordado americano. Una de sus frases fue “en este momento éste es el mejor país del mundo”. De manera sarcástica, John Oliver repite y remata diciendo algo como, “si, vivimos en el país más grandioso de la tierra aunque el índice de felicidad mundial diga lo contrario.”

No pude evitar pensar en Colombia.

Durante los últimos años hemos oído hablar de que Colombia es uno de los países más felices del mundo, y, de acuerdo a un estudio realizado a finales del 2015 por WIN/Gallup International,una de las asociaciones más importantes de investigacion en mercadeo, Colombia ocupó el primer puesto como el país más feliz del universo.

Pero ¿cómo es esto posible?  Estados Unidos de América, donde los sueños se hacen realidad así como en Disney, donde, si trabajas duro puedes alcanzar el sueño americano, donde puedes salir de viaje en el carro a la madrugada sin miedo a que te pare la guerrilla, ¿cómo la gente puede decir que no es feliz ?

En cambio Colombia, donde el sueño de tener casa propia puede quedarse en eso, en un sueño. Donde en las épocas de vacas flacas comemos arroz con huevo, donde de acuerdo a la Revista Dinero se estima que el 81% de la población vive con el salario mínimo, así y todo, nos creemos seres felices.

De lo primero, no puedo decir que es lo que veo viviendo en este país, solo me baso en lo que revelan las encuestas. Pero de lo segundo doy fe. Los colombianos somos gente feliz.

A pesar de mi oscurantismo político, sobre todo del de Colombia, leo a diario los comentarios de un país polarizado. Aunque amigos del uno o enemigos del otro, en general, todos tienen el anhelo de arreglar este caos que nos ha acompañado por décadas.

¿Yo me pregunto, si juntando esa felicidad individual y ese amor por la tierra seremos capaces de alcanzar el país que soñamos?

Les comparto las palabras de esta mujer que embelesa al hablar, y que a diferencia mía, si conoce “un poquito” el tema de la política.

-Paula.

2 Comments

  1. El sueño Americano vive, mientras que el sueño Colombiano esta amenazado.
    Sueños no se hacen realidad a través de magia; se toma determinación, sudor y trabajar duro por lograrlo.
    – Por que razón cuando soñamos nuestra vista es clara, pero al despertar se nubla?

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    1. Gracias por comentar! El fenómeno de Colombia es un problema que viene de años. Una sociedad golpeada, pero aún así la gente es positiva, feliz, defiende su tierra. Acá en cambio, con todas las oportunidades del mundo hay gente que se queja del sistema y lo
      Peor, es un país que vive del miedo.

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